jueves, 10 de mayo de 2007

Aquella lora

Cuando hablaba de esa lora que marque una vez con un pequeño marcador en sus alas, me refería a la misma que años antes el viejo capo del coito había armado de valor para hacerla volar y volar. La lora, la misma que años antes, el también famoso Julián Manuel Luzuriaga, supo hacer pensar. Asi entrabamos a la nueva forma de vida, la de ellos, y aquellos.

Locuaz

El día que aquel hombre que me había sabido comprender tan bien murió empezó a modificarse el ritmo de una obtusa vida que me había preocupado por armarla con minusiocidad. Aquel día empecé a armar un nuevo vínculo, un vínculo ocioso aún pero, comprensiblemente, moderado. Así se inicia el motivo, trascendental, de este oneroso blog. Me sería oportuno oir sus comentarios; oirlos con aquellas orjas que he sabido cultivar en mis cansados ojos llenos de olvidos y mentiras...

JOTA JOTA Baracus

La intención de este blog es legal, sin embargo, es bueno saber que no es un blog que nace con un sentido cualquiera, es a propósito, aunque no lo crea, es a propósito. Solo un hombre ha sabido comprenderme, pero tristemente, ese hombre a muerto. Como se imaginará, mi vida, a partir de este hecho ha vuelto la mirada a un tipo de cosas ya no ocupadas por sudores ni olores; hoy día mi vida ocupa espacios débiles de la conciencia, espacios sin un sentido alegórico dirán algunos; pero esos algunos,a pesar de todo, son pocos...