martes, 2 de octubre de 2007

Laga de pértimo Ña

Tumultos sonoros agarraban su rumbo dando botes redondos. Sin mirar atrás se detenían y empezaba pendejamente a narrar: ... si no se hubiera escapado... la herida no estuviera abierta. Mañana seremos mejores. Siempre el esclavismo oral en el que nos hemos atrincherado nos ha sugerido holocaustos morales, sin embargo el trípode postergado de la serenidad, que pretendiendo completarse con lagañosas esferas de susceptibilidad develada, reconoce al fin una industria a la vez arterial, a la vez cotidiana, casi siempre morbosa, categórica, dogmática e indubitable. Así, las fugas indelebles de las grasientas y perpetuadas sugerencias casi nos ordenan el silencio...