viernes, 1 de agosto de 2008

Sumarios tropicales I (el clásico)

Una humedad insolente le invadía las ingles (bragaduras descarnadas por el roce) mientras andaba el camino copado por piedras de río, mirando al piso, escuchando en el aire sonidos fabricados en los picos de pájaros inquietos. Incomodo, con una sustancial sensación de ansiedad, aceleraba el paso cuando, mirando el suelo, advirtió un continente de diminutas hormigas que caminaban aceleradamente como buscando destinos, unas chocaban entre si, otras pasaban rozándose, se topaban, como diciéndose algo, quizás “es por allá”, quizás emitían órdenes, algunas paraban, se miraban, como conversando, quizás haciendo bromas, quizás superando la ira de tener que obedecer; sin embargo el movimiento era ferozmente acelerado, extremadamente fulminante, veloz, inclementemente ágil. Al alejarse podía contemplar una mancha negra que avanzaba hacia los bordes del camino, había advertido que la mancha adquiría una forma, aún difusa, pero una forma. Decidiendo quedarse a mirar, fascinado por las fuerzas ocultas de la naturaleza, empezó a ilusionar episodios hasta ese momento absurdos. La forma que había advertido crecía y empezaba a dibujarse su contorno: era una gran hormiga, igual a las que la constituían. Sorprendido por la velocidad de la mutación, siguió el curso hasta más allá del filo del camino por donde la forma (la gran hormiga) se introducía en el bosque; al caminar unos metros empezó a sentir una sensación estimulante que recorría sus canillas, luego las rodillas y llegaba con audacia a las ingles; la humedad era reemplazada por esta sensación incierta, desconocida; empezaban a reducirse las calorías en su cuerpo y poco a poco bajaba los brazos…alcanzó a mirarse y pudo contemplar el minucioso trabajo de las hormigas, sus piernas estaban completamente descarnadas, había quedado solo el pequeño complejo de delgados huesos; finalmente cayó…su cuerpo, en ese momento ya solo el esqueleto, cayó sobre otros huesos previamente descarnados…los pájaros inquietos se inquietaron levemente y volvieron a su ritmo habitual…