sábado, 20 de octubre de 2007

Outside anatomies en la primera base

Ahi van los empleados del expendio, ahi van. Caminan lentos, con tenues racimos de machucadas soberbias, ahi van. Siguen esperando lo inesperado, esperando lo visible de la invisibilidad de lo visible. Llantos extremos de holocaustos funestos sepultan las más alegóricas ilusiones del afuera. Allá siguen, ahora van adelante, van dejando un vaho aromático de carnes frescas. El expendio, desde vértigos que arremeten, da cuenta de su imperio. Se detienen un momento, meditan la sin razón, vuelven, sus bestias cabalgan adelantando sus bruces sangrientas. Finalmente se disipan mortificaciones inexactas que empañan el placer. Pero el expendio mira lujurioso su pasado, implora, y vuelve. Hincando sus colmillos casi deshechos fustiga a sus últimos soldados, sin fe ya, vuelve cargando llagas podridas. Los mártires del deseo se obscurecen enlutando a la razón. Ahora el afuera consigue entrar. Lucha, flagela. Finalmente se incorpora tenue y rancio. Camina eliminando su sombra, casi es dueño absoluto. Mira por última vez y altera la intriga mitigandola hasta la saciedad. El expendio incorporándose alterado ruega. Arranca sus cementerios y empeiza a formar parte. Lo multiple glorifica los destinos. La noche acaba...