martes, 13 de noviembre de 2007
La saga de Peyuco (I)
Arbitrio textual de escuetas posaderas
sábado, 20 de octubre de 2007
Outside anatomies en la primera base
lunes, 8 de octubre de 2007
Endiablados venados renovados
martes, 2 de octubre de 2007
Laga de pértimo Ña
viernes, 21 de septiembre de 2007
Astutos imperfectos mendigan inversas pasiones
Un famoso crápula, viejo referente de episodios pasados que marcaron magistralmente nuestra oscura memoria, ha retornado con irrevocable petulancia. Descompostura y licencia hacen de él un personaje, aunque resbaladizo, sin duda, rastrero y sabio. Nos corresponde aquí un doble propósito: primero, hacer de su retorno un noble motivo de algarabía, un motivo de hilvanadas admiraciones…y segundo, una manifestación profunda de riesgosas aventuras venideras; de lascivias desenfrenadas y descarnadas revelaciones de sus desquiciados interiores. Pedimos, sin embargo, al público en general mucha parsimonia, abundantes semblanzas de sabios atributos volcarán sus contenidos indescifrablemente astutos sobre erizadas conciencias…
jueves, 20 de septiembre de 2007
Entrecote de ave mustia
La siguiente fórmula hará que las conciencias estallen manchando el destino con amargos roces de venturas y golosinas ansiosas por apoteosis tersas. Fórmula ésta que en si misma contiene niveles de instrucción que acribillan los intentos de razón holgada. Fórmula ésta que también incluye en su corpus un ilustrado recuerdo del ayer; aquel ayer de episodios saturados de vestiduras exóticas. La fórmula que aquí se intenta es, más que ninguna otra cosa, una amalgama de precarios vaticinios. y, también es, más que ninguna otra alternativa, una composición litúrgica de pulsiones dispuestas en tres frentes. Así, la fórmula que aquí se presenta constituye un trípode de flujos arrugados. Perfilando despacio la fuga, ésta formula se la mira así: El embrión, el ladrón y el peón, febriles discípulos de un ahogado menester donde los desechos de capítulos sacrílegos despojan maniqueísmos, mofas anticipadas y ardores altaneros...
jueves, 23 de agosto de 2007
Marulleras indicaciones "al paso"
El sifón indicado desbordando de placer torcía su manantial al virar la esquina. Ya en medio viraje volvía la vista y rumoreaba perspicaces motilones de orgullos y parsimonia. Finalmente, tardado y agobiado por el indistinto galope de sus profundas y dignas aguas aguntaba clamores eternos en eternas fugas. El despecho se apoderaba del sitio y mitigando una rancia indulgencia sentía necesario volver a la ley del holocausto que rendido y aplanado por la muchedumbre yacía casi insolente en los pisos aceitosos de la fiducia del encomendado...
sábado, 4 de agosto de 2007
Complots tubulares
Desde que la autenticidad de la cabeza dejó su morada para internarse lúgubremente en las esferas concéntricas de la armonía del nuevo siglo, el ágil Petrus Malabrisa empezó a vender trifulcas. Teniendo vendidos algunos de estos azarosos menesteres emprendió una nueva y aligerante caminata por los estrechos senderos del placer. Ya bien entrado en estas acaudaladas estremezcas neuronales solía decir con parsimonia notable algo no tan raso: la lengua abatida intenta estirarse pero en su holgado deseo cesa y perfecciona su placer…
jueves, 2 de agosto de 2007
Inmaculada demanda la de los que santamente se muerden la lengua
Al amanecer empezamos la deliberación. Se trataba de una especie rara de mitológicas, colaciones y opacidades, previamente calculadas con villanía y precisión, previamente pensadas y reflexionadas hasta los límites de la soltura, de la confusión, de la estirpe irregular del desconcierto, del glorioso honor de la anarquía y el desgobierno. Algunas veces pensábamos en incluir sospechas de manifiesta subordinación, inclinadas por el peso de regalías antipáticas y tenues habitualmente adornadas con el paradigma de la mutilación. Otras veces pensábamos incluir mitigaciones lúgubres de perfiles capitalistas poco festejados. Muchas veces distintas empezábamos a creer en las ilusas ideas de la felicidad y la dicha entronadas en las imposturas inmateriales de la benevolencia. Finalmente aprendíamos a creer en la soberbia absoluta de la incapacidad moral de los desdichados mirando ángulos inciertos de la comprensión, de la claridad y la exactitud. Solo así empezábamos a creer posible llamar deliberación a un grupo indigno de peripecias absolutas de un reducido grupo de servidores de un politeísmo siempre turbio, perspicaz y permutable.
Liturgias extravagantes
Una excesiva hilaridad había empezado a retumbar los pasillos de la memoria sin saber hasta donde desplegar sus mangas. Luego se detuvo, hinchó su postre y soltó un holgado periplo de maldades. Agresividades de otro tipo, rancias y severas, llegaban a envolver la capitanía de la lujuria. Sin esperar el articulado martillazo dio la vuelta cubriendo de vaho amargo los contornos del olvido. En fin… todos sabíamos que las artimañas del recuerdo siempre se confabulaban con las expensas del olvido; así, locuazmente soberbios miramos al cielo donde se desencadenan miserias y bondades…
miércoles, 20 de junio de 2007
Escurridizas estirpes escupen sobre rasgaduras inciertas
miércoles, 6 de junio de 2007
Pipiolini Tartufus
Cuando al caminar por los callejones oscuros del famoso "dirty king" supe que no era más el que pensaba ser empecé a sugestionar y, con ello vino, la especulación, y con ello el placer... A modo de comentario sugerimos que se siga llenando esta fracasada continuidad, una continuidad que en sí es caos pero no destrucción, es muerte pero es también reencarnación. Siga....
Mutilatus preventus
Lo que viene tiene que ver con algo sólido, algo que además de sólido es singular y único: lo siguiente se trata de una duración, una permanencia.
El hombre había durado en esa provocación perversa sin sentirse, fatalmente, vencido.
Por haber durado había, además, comprendido su condición de funesto, el hombre se había comprendido duro y fiel a la provocación, a la inmutable provocación de seguir estacionado ahí sin ánimos de mutar a una aún más perversa tranquilidad, una relajada forma de quedarse, como dirían, forzando las palabras, aquellos petulantes, in situ.
El hecho de quedarse in situ implicaba que las cabezas de quienes poco le comprendían se irritarán más de lo que estaban instigándose a detonar y manchar la serenidad de psicopatías inicuas, infames y crueles.
El hombre había permanecido en esa provocación malsana. Una provocación que poco tiene que ver con el beneplácito de quienes se piensan en el aparato definitivo de la misericordia. Si esa provocación era malsana era justamente porque la enfermedad a la que daba contenido adquiere manifiestos hechos, relaciones y sensaciones que van más allá del simple mirar, no del simple ver sino del simple manosear y hurgar unos fuegos tan internos que son dominios ya de holocaustos y llamas…y así
Nuevos usos de la agriera
Cuando se descubrió que el dominar al vecino sería, sobremanera efectivo para crecer, los que eran chiquitos empezaron a ser grandes…
Se ha venido a parar en mi cabeza la idea de que si somos nosotros los de la fuerza precaria y la mente agria no nos queda otra manera de acatar la realidad que apostando los bienes y los males al más solemne de los placeres: la bebida.
Sin duda creceremos, porque cuando se bebe se crece, eso lo saben los que han bebido lo suficiente y se han hecho gigantes, pero claro, se les ha hecho chiquito el hígado.
jueves, 31 de mayo de 2007
A manera de complemento
Así concluía en una determinada fecha del mes de Mayo de 1999 la preciada vida de Sir Alberto Figueredo, un artista de la manipulación, una persona a la que siempre respetaremos por medio de sus inmemorables aprendizajes. Con una vieja extensión de alambre de 2.6 mm que había conectado al único interruptor de su baño emprendió el decoroso viaje al mundo de la vida (completamente opuesto al que imaginaba don Habermas), se había recostado pulmón abierto en su lujosa tina de mármol y mientras tomaba su último respiro, hundiendo, como se hunde el dedo para empezar a pelar una lima, la extensión en las profundidades de las turbias aguas que empezaban a mezclarse con sus mantecas iniciaba una sinfonía de convulsiones que posteriormente lo llevarían a los dominios absolutos de su eterno dios: tánatos.